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 Habla la comunidad Zheng Yuan Wushu Tradicional.

 

 

                                       CONFUCIO 

 

Abro mi navegador y escribo “filosofía china cronología”. Se me abren multitud de enlaces e imágenes, a diferentes páginas… indago un poco y me doy cuenta que al hablar de filosofía oriental y más concretamente filosofía oriental china, aparece en todo momento el filósofo Confucio y una corriente innovadora para los tiempos en que nacían diferentes pensamientos en opuestas partes de la geografía mundial...

Es por ello, que al empezar a hablar del espíritu que rige el Arte Marcial Chino, no podemos dejar de lado a este personaje que se ha convertido en filósofo imprescindible para la historia universal, así como para todo estudioso del pensamiento y moralidad moderno y tradicional y el cultivo de la virtud del Qi.

En el presente artículo voy a intentar acercar la imagen de Confucio, pero hablando de su vida inexorable inevitablemente a su vida como pensador, filósofo y “hombre de leyes”.

Para empezar a hablar de la filosofía china, tendríamos que hacer un inmenso esfuerzo de situarnos en la época y la tradición y cultura de aquel espacio de tiempo en concreto. No podemos dedicar más espacio en este boletín del que disponemos, asique decir que los tiempos difíciles que podemos llega a vivir ahora, no son nada comparables con la época en la que no importaba la vida de la clase social media-baja, predominante…

Confucio nació en Qufu, en el antiguo país de “Lu”, en la actual provincia de Shandong. Su familia era de clase social noble para aquellos tiempo difíciles, los “Kong”. Todo fue bien en su vida familiar hasta que murió su padre, que es cuando se van empobreciendo hasta llegar a la miseria económica.

Por esta causa, Confucio tuvo que trabajar desde muy joven. Consiguió entrar a formar parte en el funcionariado en su país natal, trabajando primeramente en los graneros y llegando a Ministro de Justicia gracias a su facilidad de palabra y coherencia de pensamiento.

Dimitió de su cargo y estuvo mucho tiempo deambulando de un lado a otro y dejándose influenciar e influyendo a las gentes y gobernantes de su época en cierto escepticismo concerniente a la religión, pues a causa de haber sufrido muchas guerras se había perdido la fe en los dioses. Siguió y siguió enseñando clandestinamente y su fama como hombre sabio se propagó rápidamente por el territorio de Lu y después por otras villas en toda China. Muchos de los gobernantes de su época aceptaban y admitían los valores de su doctrina hasta el punto de introducirlas en las diferentes legislaciones.

En los siglos posteriores sus enseñanzas ejercieron una poderosa influencia en la filosofía e historia de China, hasta tal punto que ocupó cargos importantes en diferentes ciudades de toda China, convenciendo a ciudadanos y reyes de la forma de vida que poco a poco iba creando y desarrollando.

Confucio, viajando, instruyendo y hablando con las multitud de hombres y mujeres con las que interactuaba, se dio cuenta de que el caos y desorden reinaba en ellos, por lo que se creyó la misión de poder curar las heridas e intentar influirles con el fin de encontrar un sentido a sus vidas. Pensando, llegó a la conclusión de que el remedio a todo este desorden era recuperar y difundir los principios y valores de los filósofos de la antigüedad. Así fue recuperando poco a poco la forma del pensar tradicional dentro de la música, el deporte…; ensalzó el valor de enseñar dando ejemplo de vida intachable y de orden y cuidado hacia el hermano o hermana.

Confucio creía en un poder invisible y eterno; su doctrina moral  preceptúa la veneración de los antepasados, el ejercicio de las virtudes, el perdón de las ofensas recibidas, y la observación de los usos y costumbres establecidos; aunque no llevó a cabo una exposición escrita de sus doctrinas, sus discípulos compilaron sus enseñanzas en un libro llamado “Lun-Yi” (Discursos y Diálogos). Su única obra “Chun-Chiu” (Primavera y Otoño) trata de los anales del principado de Lu, y es el primer intento de reflejar una historia china , al margen de la leyenda y el mito.

Pasó el resto de su vida escribiendo sobre los autores clásicos. Falleció en Lu y enterrado en Qufu (Shandong) en el año 479 a. C. El templo y cementerio de Confucio, así como la residencia de la familia Kong, fueron declarados Patrimonio cultural de la Humanidad en 1994.

Después de muerto, fue divinizado y surgió una filosofía nueva para la época. El CONFUCIANISMO, así como la declaración de fiesta nacional de China el 27 de agosto, que fue el día de su nacimiento.

Hoy en día entendemos al Confucianismo como una doctrina de los antiguos clásicos chinos sobre la cosmogonía, el orden social, el gobierno, la moral y la metafísica. Comprende las enseñanzas de Confucio, aunque no fue éste el fundador directo del sistema. Confucio transmitió a sus contemporáneos la literatura y la antigua filosofía chinas y fue interpretado en siglos posteriores por Mencio y otros filósofos y sabios pensantes.

La cosmogonía del Confucianismo empieza con una energía cósmica impersonal y un principio que produjo el YIN y el YANG, principios negativo y positivo, por cuya interacción fue creado el Cielo, la Tierra y todos los seres.

El Gobierno se organiza por el modelo de una familia patriarcal: el Emperador era nombrado por el Cielo como padre benévolo del pueblo. El sistema moral se basa en el axioma formulado por Mencio de que todos los hombres son buenos por naturaleza y la fuerza de que el estudio de los clásicos fomenta la bondad. Las relaciones humanas se guían por el principio fundamental de la reciprocidad, sintetizado en la premisa de “no hagas al otro lo que no quieras que te hagan a ti”, y las virtudes del hombre son cinco: BENEVOLENCIA, JUSTICIA, PIEDAD FILIAL, SABIDURÍA y SINCERIDAD.

Confucio no impartió enseñanza alguna sobre el alma o la inmortalidad. El sistema metafísico del confucianismo es una mezcla del culto a la naturaleza y el culto de los antepasados. Del respeto hacia la vida misma de uno y hacia todo lo que rodea al ser humano como beneficiario auténtico de todo lo creado.

 

                                                                                                                      Jose Antonio Sanchez

                                    Inicio Escuela Zheng Yuan

 

 

En septiembre de 2003 confluyen en un mismo lugar la espera atenta del que busca una señal y la oferta de quien tiene mucho que enseñar. Como una alineación de astros se dio esta coincidencia que lleva nueve años de trayectoria conjunta. Y tal como ocurre en el universo, en los sistemas solares, los astros pequeños giran alrededor de una estrella más grande que les cede su energía.

Ni somos los únicos planetas, ni hay un único sol, pero algo muy fuerte nos mantiene ligados, unidos entorno al maestro, a su aprendizaje, aportándonos algo nuevo cada clase, cada momento de práctica.

La vida es movimiento, todo en el universo está en continuo movimiento, todos estamos en continua evolución. Cada uno de los días que vivimos nos hace diferentes, cada día aprendemos algo y nos vamos a dormir sabiendo que somos distintos que ayer y distintos que mañana.

Al igual que las estrellas nuestro maestro también evoluciona, ha pasado de ser una estrella azul a una gigante roja. Lo que sabemos es que cada día le descubrimos dándose más, irradiando su energía a todo el que está entorno a él. De su fuente brotan sin parar enseñanzas que parecen no tener fin, como un manantial de aguas claras y frescas que no se agota por mucho que broten de él arroyos que inunden las praderas. Todos bebemos de sus aguas, de sus enseñanzas, nos enriquecemos y aprendemos, nos ayuda a crecer como personas.

Sin dejar de girar alrededor de sus soles, sus maestros, sin dejar de pertenecer a la Vía Láctea de las artes tradicionales chinas, ha formado su propio sistema solar.

El instituto Zheng Yuan Wushu tradicional, se constituye ahora como un grupo de personas que, atraídos por el agua de la fuente que brota del maestro, queremos seguir aprendiendo las artes marciales chinas. Llevamos varios años compartiendo la práctica de un estilo que ahora se vuelve y mira al origen. Rescata, a través del maestro, la esencia del Tai Chi Chuan.

Cambiamos esquemas, ajustamos movimientos, incluimos nuevos estilos, nos dejamos guiar por quien conoce bien las corrientes, por quién ha pasado años y años recorriendo estas aguas en busca de la fuente original.

La celebración de la inauguración del instituto Zheng Yuan Wushu, en el lugar de práctica, de manera solemne, con diplomas y recuerdos, nos ha ayudado a fortalecer nuestras señas de identidad, de pertenencia a un grupo con una misma ilusión y un mismo compromiso.

Los emotivos momentos vividos, de reconocimiento del maestro a los alumnos y de los alumnos hacia el maestro, forman parte del inicio de este nuevo sendero que ahora tomanos en el camino de las artes marciales.

Agradecemos al maestro Andrés Parada Houtton su entrega y dedicación a nuestro aprendizaje, así como su impulso e ilusión que ha llevado a la creación del Instituto. Le expresemos nuestra profunda admiración y respeto.

 

 

                                                                                                                        Juan Antonio Vicente García

                             Inicio de la escuela por José Antonio (Fune)

 

El día 25 de octubre del presente año, se procedió a una celebración muy especial.  Muy especial para los integrantes de la Escuela Zheng Yuan WuShu Tradicional con sede en Salamanca. Se podría decir que fue un encuentro entrañable entre alumnos/as con el profesor Parada y la profesora Jennifer Jene Hackshaw..., pero me atrevo a decir que fue algo más para todos nosotros/as. Ha sido la primera vez que nos hemos reunido como miembros integrantes de la Escuela recientemente instaurada, ya somos compañeros/as en Zheng Yuan. Muchos de nosotros nos conocíamos de trabajar juntos con el profesor Parada y Jennifer en alguna de las disciplinas que ambos imparten; sin embargo, otros nos conocimos en ese día. Por lo que se puede decir que también fue un grandísimo momento para conocernos mejor y conocer a más gente.

¿Qué decir de este acto? ¿Cómo describir todo lo que vivimos? Pienso que es imposible poder condensar en unas palabras este acontecimiento, se necesitaría más que un documento, pero seguro que aun no podría dejar reflejada la emoción y sentir de todas las personas que asistimos al acto. Quizá podríamos dejar un lugar en blanco en este boletín para que cada uno pusiéramos una frase que resumiera nuestra experiencia… Circunstancialmente, vamos a dejar que las imágenes hablen por sí solas; por aquello que dicen que “una imagen vale más que mil palabras”.

En mi humilde opinión fue un acontecimiento breve, pero repleto de sentido. Por un lado, Andrés Parada nos explicó el camino que está comenzando desligándose de su gran maestro Su Yu Chang. Una separación que no se hace del todo efectiva, ya que nos explicó muy bien que no puede ni quiere desligarse de todo lo que ha aprendido, de la gran formación que ha recibido por parte del maestro Su a lo largo de más de treinta años de andamiaje. Nos dijo que, en la vida, un hijo tiene que decidir el momento en marchar de casa y crear su propio destino, su propia vida, ese momento es el que uno deja de ser hijo de…, para pasar a ser padre…; este momento ha llegado para Andrés. El momento de volar hacia la elección de su propio destino. Este momento ha llegado con la creación y formación de la Escuela Zheng Yuan WuShu.

Acompañados por el murmullo de la lluvia sobre el tejado del gimnasio, se aprovechó la ocasión para otro pequeño acto. Andrés quiso reconocer, de algún modo, el trabajo de los alumnos y alumnas que llevan tiempo trabajando con él. Nos sorprendió con la entrega de unos diplomas. Nos recompensó a cada uno de nosotros con un certificado en el que mostraba el trabajo que hemos ido realizando a través de los años que llevamos con él.

 Seguidamente a la entrega de diplomas, compartimos un pequeño brindis y posteriormente cena en un restaurante de la ciudad de Salamanca. Decir solamente que la convivencia en este momento fue del todo cordial y afectiva… en una palabra, fue extraordinaria.

Desde este espacio quiero agradecerle a Andrés y Jennifer toda la paciencia, dedicación y entrega que han tenido para con nosotros y nuestros compañeros a lo largo de todos estos años, primeramente siendo miembro de la escuela de Su Yu Chang y ahora en Zheng Yuan; y sobre todo, gracias amigo y amiga por crear esta escuela nuestra Zheng Yuan WuShu Tradicional de la que nos sentimos parte activa de ella y orgullosos/as de pertenecer a ella.

Pero antes de cerrar este espacio y ofreceros las imágenes del acto, quiero homenajear, de algún modo, a Jennifer Jene Hackshaw por la constancia con la que ha trabajado al lado de Andrés con alumnos y alumnas de Taijiquan. Ha formado un grupo muy homogéneo y activo dentro de la escuela, al igual que ha conseguido la permanencia de personas dentro del grupo. Siempre desde la sombra, Jennifer, ha trabajado constante en el transcurrir de este Arte Legendario.

En nombre de todos los miembros de la Escuela Zheng Yuan, GRACIAS MAESTROS por todo vuestro quehacer y enseñanzas.

                           

 

                                                                                                                                              J.A.S.R.

                                                        CONFUCIONISMO. FILOSOFÍA

 

En el boletín anterior y dentro de esta sección de Cultura e Historia, quedó reflejada la vida de Confucio, tal y como nos ha llegado a través de los escritos y datos físicos recogidos por varios estudiosos en la materia. En el presente boletín artículo, me gustaría llegar un poco más allá y reflexionar sobre el gran legado que este autor nos dejó, me refiero a toda esa forma de vida llamada CONFUCIONISMO.

Si es verdad que al hablar de Confucionismo no podemos quedarnos solo en Confucio, ya que la historia del pensamiento nos presenta a otros autores pertenecientes a tal movimiento filosófico. Unos porque vivieron y compartieron con él su forma de vida y pensamientos; otros porque fueron alumnos y discípulos suyos; otros porque se llenaron y dejaron influenciar de sus enseñanzas.

Según el sociólogo William Liu (de la Universidad de Illionis) “La ética confuciana impulsa a la gente a trabajar, a superarse y a devolver la deuda que tiene con sus padres”.

Hay mucho para apreciar con relación a la vida y las enseñanzas de Confucio. Los cristianos estamos de acuerdo con varios puntos de su filosofía ética, el gobierno y la conducta social. Sin embargo, hay algunas importantes diferencias entre el cristianismo y el Confucianismo, las cuales podremos ver en este trabajo.

Podemos definir al Confucianismo o Confucionismo, como el principal sistema de pensamiento en China; se desarrolló a partir de las enseñanzas de Confucio y sus discípulos, y tenía que ver con los principios de la práctica del bien, la sabiduría empírica y las propias relaciones sociales. El confucianismo ha influido en la actitud china ante la existencia, fijando los modelos de vida y pautas de valor social, y proporcionando la base de las teorías políticas e instituciones chinas. Desde China se extendió a Corea, Japón y Vietnam y en las últimas décadas ha despertado interés entre los eruditos de Occidente.

Los principios éticos del confucionismo, los que han de dirigir a la perfección son la piedad filial, ligada al respeto a los antepasados y a la tradición, La fidelidad para con los superiores y la equidad que lleva al respeto de los bienes ajenos y de la posición social de cada cual (yi); La forma decorosa de conducta, muy ligada a las ceremonias y al modo de gobernar y de restablecer el orden social (li ); y la pasión o simpatía que conduce a socorrer a los semejantes (ren).

El ren es la "regla de oro" del confucianismo, es la expresión de un sentimiento de benevolencia y de confianza similar al que existe en el núcleo familiar. Por el sólo hecho de ser bueno debemos mantener con el prójimo, relaciones que son de naturaleza ritual. Sin embargo, Confucio aclara que el ren es un nivel tan elevado que no reconoce a casi nadie la capacidad de alcanzarlo. Sólo se puede

conseguir gracias al esfuerzo hecho "sobre uno mismo para regresar al espíritu universal", tratando de entender ese sentimiento de benevolencia en la jerarquía de un país después de haberlo hecho en la totalidad de la humanidad.

Por lo tanto, el primer deber del ser humano es practicar la rectitud y la benevolencia o humanitarismo, virtudes sociales que no pueden darse sin una participación en la vida pública.

Para el confucianismo la familia es la base de la sociedad, y el Estado es considerado como una gran familia en la que el emperador ejerce de "padre y madre" de sus súbditos. El emperador, como mediador entre el orden natural y el orden social, influye con su ejemplo, en todo.

 Es curioso, la forma que tiene el confucionismo en relación a ese ser supremo o “Dios”. El confucianismo original de la antigua China, al que Confucio prestó su adhesión reverente, era una forma de culto a la naturaleza, muy cercano al monoteísmo. Aunque se reconocían muchos espíritus asociados con la naturaleza− espíritus de montañas y ríos, de la tierra y de los granos, de los cuatro cuartos del  cielo, el sol, la luna y las estrellas− todos estaban subordinados al supremo Dios−cielo, T'ien (Cielo), también llamado Ti (Señor), o Shang−ti (Supremo Señor).

 

 

                                                                                                                        Jose Antonio Sanchez R.

                                                                      Yin-Yang
                                                                       

                                                                           Otra visión

 

En la tradición filosófica China y según la teoría taoísta, se pensaba que al principio, en la génesis de toda existencia, no preexistía nada, se creía que antes de que se formara el universo había un gran vacío, existía "la nada" en su totalidad. No se concebía el tiempo ni el espacio. A partir de este vacío, de este Wu-Ji (como se le llama en el mundo oriental) y en un momento inesperado, se produce un impulso desconocido y acreditado con el nombre de "Qi", el cual se manifestó o tomó su esencia a través del Yin Yang, dando paso a todo lo que conocemos y existe. De esta forma, Tao es conocido como el origen de todo y las leyes que rigen el universo y Tai-Ji al proceso por el que se creó todo, ese extraño e inesperado suceso.

 

      Basándonos, pues, en esta filosofía de la creación que postulaban los antiguos pensadores del mundo oriental, vamos a hablar de la filosofía del Yin-Yang, que no es otra que aquella que dice que para que exista un equilibrio natural en todo el universo, tiene que existir dos polos, uno positivo y otro negativo (recordemos los dos polos de un imán).
 

      Hace más de cinco mil años, los chinos descubren que en la naturaleza existen dos fuerzas diferentes en todo lo que nos rodea y que, por incongruente que parezca, se necesitan los unos a los otros. Si miramos el símbolo que todos conocemos como Yin Yang, observamos que está dividida en dos partes muy iguales, una negra (Yin) y otra blanca (Yang). También podemos observar que dentro del Yin hay un elemento o círculo blanco y dentro del Yang otro, pero éste negro. Mucha gente piensa que esto es un adorno que a alguien, en un momento dado, le dio la gana poner. Pues no. Todo posee un significado y en este caso, intenta expresarnos que siempre dentro de Yin encontramos a Yang y viceversa. Yin y Yang siempre conviven.

 

      Pero entonces, ¿qué es Yin y qué es Yang? Voy a poner un ejemplo para intentar expresarme mejor y hacer que todos podamos entendernos. Alguien me dijo en cierta ocasión y hablando del tema antropológico de la especie humana, que la diferencia entre la civilización occidental y la oriental no reside solamente en las desigualdades geográficas, también la comprensión de la realidad y la propia vida son fruto de esa divergencia. El día es Yang, la noche es Yin y, para que exista el día, necesitamos la noche, porque solo de esa forma podría existir. Acabamos de ver en las noticias la cantidad de bosques forestales que se han quemado en nuestro país este año... necesitamos del agua para extinguirlo, pero también necesitamos del fuego para calentar el agua y poder bañarnos o hacer los platos y guisos que vamos a comer. Esto es lo que entendemos como el equilibrio de la naturaleza, el equilibrio del Yin y del Yang.
 

      Para esta forma de ver la existencia, para esta filosofía oriental y en relación a todo lo que nos rodea, para que haya un elemento positivo, es necesaria la presencia de otro opuesto a él negativo, de tal forma que, cuando uno crece, el otro decrece, cuando uno sube, el otro ha de bajar... Pensemos en un columpio de los que estamos cansados de ver en nuestros parques infantiles del barrio o pueblo. Pensemos en ese niño que sube cuando el otro baja... solo así podrá crearse el juego. Si ninguno de los dos niños quisiera subir, o hiciera el esfuerzo de saltar para poder subir y hacer peso opuesto para bajar, entonces no existiría el juego, no podría darse este producto necesario para la existencia de la actividad lúdica.

 

       Pero, ¿y en nuestro cuerpo? En nuestro cuerpo también existe el Yin y el Yang. El Yin podría ser el frente (ojos, boca, pecho, ombligo...) y el Yang nuestra parte de atrás, la espalda. Lo que quiero decir con todo esto es que todo, absolutamente todo, está compuesto de Yin y de Yang, de algo de un color y su complementario. Los chinos dicen que esta armonía entre el Yin y el Yang es salud, es armonía.

 

       No quiero pararme mucho más en esto porque creo que ahora mismo, en el inconsciente del lector, se le están presentando otra multitud de ejemplos de lo que acabo de decir y quisiera transmitir otras informaciones que se derivan de esto. Lo que me gustaría dejar constancia en estos momentos es que en todo lo que nos rodea, debe existir en armonía y sin esa armonía, estaríamos dejando paso al caos, al desorden, a lo oscuro sin luz...
 

      Hoy día, los conocimientos que tenemos heredados de nuestra familia, sociedad, comunidad en la que estamos inmersos, sabemos que cuando nuestro organismo enferma, perdemos ese equilibrio que reside en nosotros y necesitamos acudir al médico o a la farmacia y, de esta forma, saber los fármacos o vitaminas que precisamos para reequilibrar o sanar nuestro organismo y que, de esta manera, vuelva a ese equilibrio original y necesario para sentirnos bien.

 

       Más, ¿alguna vez nos hemos parado a pensar en este acto tan común y cotidiano que hacemos cuando vamos al doctor o a la farmacia y nos recetan antibióticos, antitérmicos o antiinflamatorios, o esa pastilla que elimina la infección que tenemos o ese simple dolor de cabeza? ¿Cuál es la misión que poseen estos productos químicos en nosotros? Todos lo sabemos, su función es eliminar el dolor, la infección... en suma, eliminar, matar esa enfermedad, esa bacteria o virus.

 

       Alexandre Fleming, en 1928, junto con otros científicos contemporáneos, descubrió la penicilina y le sirvió para ganar un merecido premio Nobel en fisiología y medicina. Fleming descubrió cómo matar y eliminar ciertos tipos de bacterias y gérmenes. Después de seis décadas, hoy día, la penicilina no funciona. Hoy tenemos otra serie de fármacos que matan otras series de bacterias que la penicilina no puede eliminar. Nuestro cuerpo se va
adaptando y los productos que valían en un pasado no muy lejano, ahora no sirven. En la medicina tradicional oriental, esto no ocurre. El equilibrio de nuestro organismo se busca de diferente forma. Se busca en la naturaleza (hiervas, plantas, minerales...) y lo que era eficaz en un pasado muy remoto, sigue siéndolo en la actualidad.

 

       Con estos ejemplos, he querido demostrar la diferencia que existe entre la cultura oriental y la occidental en lo relacionado con el Yin y el Yang. En occidente eliminamos lo que nos daña, sin embargo las culturas orientales, intentan encontrar el equilibrio del cosmos en la propia naturaleza y la propia existencia. Si queremos conseguir el equilibrio, debemos encontrar y buscar el equilibrio a nuestro alrededor. Una persona si está armonizada, equilibrada, no se daña, no enferma; sin embargo, si no existe esa armonía, está enferma y poco a poco irá muriendo.
Lo mismo que ocurre en nuestro pequeño organismo, lo hace en nuestra familiar, en nuestra comunidad, en nuestro país y en todo con lo que nos ha tocado y nos toca vivir. Yin y Yang son dos elementos que intentan explicar la armonía que debe existir en todo el universo, en todo el cosmos y es una filosofía que a acompañado a la cultura oriental en más de cinco mil años.

 

 

                                                                                                                     Jose Antonio Sanchez R.

                                                Montes Wu Dang y Taiji

 

 

Los montes Wu Dang se encuentran en el noroeste de China (provincia Hu Bei). Además de tener un paisaje natural maravilloso, estos montes son núcleos culturales de importante valor histórico dentro de la geografía oriental. Se destaca por los numerosos templos taoístas, al igual que por su tradición histórica de maestros importantes de la filosofía taoísta, de la medicina tradicional China y del Arte Marcial.

 

Según la leyenda china, existen cuatro dioses que cuidan las cuatro direcciones del mundo. El dios que está protegiendo el norte se llama Xuan Wu, el cual vive en los montes Wu Dang. El animal que lo simboliza es una mezcla de la serpiente y la tortuga y representa la fuerza del agua. Los emperadores de la dinastía Ming (1368-1644), entendían que Xuan Wu era el protector de la familia real, por lo que mandaron la construcción de varios templos reales taoístas en su nombre con el fin de que el cielo les bendijera. Los monjes taoístas asumían la responsabilidad de producir medicinas beneficiosas para la familia real de entonces.

 

Siendo un lugar de culto para la religión taoísta fue considerada zona sagrada para las gentes del lugar, los montes Wu Dang están relacionados con muchos personajes importantes de esta creencia. Uno de estos personajes es Yin Xi (559 AC - 545 AC) mencionado por los antiguos libros, el cual pidió a Lao Tsé escribir el famoso libro Dao De Jing. Yin Xi llevó a Lao Tsé a los montes Wu Dang donde vivió durante tres años y en donde pudo entender la verdad del mundo. De aquí empezó la vinculación de los montes Wu Dang y la religión taoísta.

 

                                                        Zhang San Feng y Taiji

 

El monje taoísta más conocido hoy día es, sin duda, Zhang San Feng. Se han realizado muchas novelas y películas sobre la historia de su vida. Además de ser un personaje importante del taoísmo, mucha gente cree que Zhang San Feng es un gran maestro de artes marciales y creador del Taiji.

 

Sobre la creación del Taiji existen dos interpretaciones plasmadas en sus respectivas leyendas:

 

La primera exégesis cuenta que el esquema que enseñó Zhang San Feng, le fue revelado en sueños por el dios Xuan Wu en un viaje que realizó hacia el norte de China. Al día siguiente a esta revelación, se encontró con un grupo de ladrones a los que, con cierto saber hacer, les convenció con este estilo de artes marciales. De esta forma se dice que se hizo famoso este arte de guerra.

 

La segunda interpretación, que es la más aceptada por los monjes taoístas de Wu Dang, explica que el maestro Zhang creó este arte marcial observando la lucha entre una serpiente y un pájaro. El movimiento de la serpiente le impresionó muchísimo y creó una nueva escuela de artes marciales.

 

Hoy día no podemos saber cuál de las dos leyendas sobre la creación del Taiji es la verdadera. Pero lo que sí tenemos claro es que es un arte que se relaciona profundamente con los pensamientos filosóficos del taoísmo y los conocimientos de la medicina tradicional oriental china. En la actualidad, los montes Wu Dang, siguen siendo un importante lugar de enseñanza y práctica de este antiguo y profundo sistema de lucha marcial.

 

 

 

                                                                                                                              Ling Ling Yang

                                                El mercantilismo en el arte marcial

 

       Hola a todos los que leéis este boletín y a todos los miembros del Instituto Zheng Yuan.
En primer lugar, quiero agradecer este espacio que habéis ofrecido a las instrucciones de un Arte Marcial y gracias, también, a este apartado de opinión personal que tiene por objetivo expresarnos los afines a este esti-lo. Esto es mi deseo en este instante, expresarme...
Llevo poco tiempo en esto de las Artes Marciales y, opinando sobre el artículo de los cinturones y rangos en esta disciplina y otras semejantes, me atrevo a decir que he sacado como conclusión unas percepciones que quiero compartir con todos ustedes.

       Llevo poco tiempo en esto de las Artes Marciales y, opinando sobre el artículo de los cinturones y rangos en esta disciplina y otras semejantes, me atrevo a decir que he sacado como conclusión unas percepciones que quiero compartir con todos ustedes.

En primer lugar, pienso que las Artes Marciales se han convertido en algo con lo que se puede comercializar y se está perdiendo el espíritu original que han poseído durante generaciones y generaciones. Existe un verdadero peligro de que la cadena transmisora se rompa y se pierda toda una ingente tradición. No hace falta ir muy lejos para ver cómo maestros están ganando sumas importantes de dinero yendo en dirección opuesta a la gran responsabilidad que supone enseñar y transmitir una filosofía y un estilo de vida como son estas Artes Tradicionales Chinas. Y, por contra, verdaderos maestros que siguen cultivando el espíritu original, se quedan sin recursos y han de partir a buscar nuevos caminos que puedan darle un capital digno para conseguir un sitio en una sociedad en la que impera el tener mucho y no el sosiego y calidad de vida.

       Los primeros artistas no cobraban dinero ni exigían pagos por federarse o examinarse, no exigían más que lo que la vida y naturaleza pudieran darle. En muchas ocasiones, eran los mismos alumnos y sus familias los que cuidaban de él. Y, de igual modo, era el alumno el que se entregaba por ente al maestro y le ofrecía toda su vida.

       Por otra parte, en el mundo marcial entendido como arte, se impone una clasificación de cinturones y categorías donde cada cierto tiempo te preparas y examinan. Lo que pocos sabemos es que la gran mayoría de los reconocimientos o certificados, existe un interés creado, que es que apruebas por que no quieren perder clientela (eres un cliente más, no una persona que quiere practicar y conocer), quieren estimularte para que sigas con el gimnasio o escuela de Artes Marciales. Pero, claro, para estos exámenes, también hay que privarse de unos dinerillos que en ocasiones has de quitártelos incluso de necesidades básicas por el fuerte coste que poseen.

        Creo que se debería hacer como en la antigüedad de este arte, que no se enseñaba una nueva técnica o movimiento (incluso) hasta que no dominaras del todo la que se te estaba enseñando. El maestro es el que debe decidir si subes o no de rango, pero bajo unos criterios establecidos. No regalar nada, sino que cada uno se lo gane con su esfuerzo. Pero claro, todos sabemos que las Artes Marciales sufrieron un cambio enorme al “occidentalizarse”, al expandirse de oriente a occidente, en donde realmente se originó tal mercado.

        En mi humilde opinión, para llegar a ser maestro, debería existir un solo cinturón o fajín blanco y pasar por tres estadios: uno, el tiempo en el que te enseñan, el tiempo en que te dan todos los beneficios si te esfuerzas.

Otro, en el que impera el ser tú mismo, que es cuando de verdad se aprende levantándote cuando las circunstancias hace que te caigas (te das cuenta de los errores y los vas superando por la práctica de ensayo-error). Y un último momento, en el que ahora sí estemos en condiciones de estar con los entrenadores y maestros más “sabios” y establecer una nueva ruta hacia nuestro propio logro o camino. Aunque si esto se hiciera, ¿habría alumnos o alumnas con motivación para seguir practicando y convertirse en auténticos maestros de artes marciales en un futuro?...

         Estos tres peldaños podrían ser la esencia del que enseña, y no alguien que se pone un cinturón o fajín negro, alguien que al fin y al cabo se disfraza y no deja ver la realidad de su propia persona, no alguien que esconde su verdadero "yo", alguien con una graduación muy alta y que exige obediencia y dinero por enseñar una parte de las Artes, pero sólo eso, una parte. 

         Las Artes Marciales se han vuelto, y perdonen que reitere una idea, demasiado comerciales. Cada Arte utiliza un sistema propio y muchas veces vemos programas de televisión, e incluso películas, en las que se defiende cuál es el mejor sistema o estilo dentro de las Artes Marciales. Se intenta colocar uno por delante de otro. Yo creo que esto no debiera ser así. No hay estilo mejor o peor, no hay técnica especial que te haga ser invencible. La cuestión no va de técnicas, sino de adaptación. Todos los cuerpos son diferentes y todos poseemos MÚLTIPLES INTELIGENCIAS (como expone el científico Howard Gardner hablando del desarrollo humano) en el que una persona puede ser mejor y más válido en un campo del saber que en otro.

        De igual modo, y volviendo al Arte en sí que nos ocupa, hay practicantes que quieren entrenar para ganar trofeos, otros que quieren que les miren y vean lo bueno que es, otros que quieren abrirse puertas en un mercado devorador y perderse en él,... pero hay otros que lo que en verdad quieren es cultivar el cuerpo, la mente y el espíritu y no quedarse en cosas superfluas. La cuestión está en adaptarse a la situación que se plantee o la que busquemos.

        Por todo ello, quiero dejar constancia en este boletín, que estoy harto de ver a aquellos que van con muchos rangos superiores presumiendo de cinturones, colores y muchos adornos, pero se olvidan del verdadero camino, la humildad y ayudar a los demás. Estoy harto de ver a estos maestros de pacotilla que al principio intentan captar tu dinero enseñándote aquello que te gusta, y cuando lo hacen, se olvidan de ti, dan una hora justa de clase y se quedan tan "anchos"

        En este momento, y pensando en haber sabido expresarme, quiero agradecer a la escuela Zheng yuan, que este no sea el objetivo prioritario, el captar capital, sino el difundir un estilo de vida y una filosofía cultivando el cuerpo y el alma. Quiero abogar porque se cree un Arte más transparente y tengan más cabida los verdaderos maestros.

 

 

 

                                                                                                                  M. S. B.

 

 

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